"Escriba una crónica periodística con tono humorístico de alrededor de 500 palabras. Tenga en cuenta las siguientes sugerencias:
a) Elija UNO entre los siguientes hechos posibles:
“A la bellísima actriz X (asígnele un nombre), cuando estaba bajando de su limusina se le enganchó el vestido y quedó prácticamente desnuda frente a las cámaras.”
“La sra. X (asígnele un nombre) le hizo juicio a su vecino Y (asígnele un nombre) porque le rompió el balcón cuando quiso agasajarla con una canción con mariachis”
“X (asígnele un nombre), el director de la empresa Y (asígnele un nombre) dio una conferencia de prensa durante la cual, tras una pregunta crucial, se le escapó una flatulencia sonora que desencadenó el final del encuentro.”
b) Ubique espacial y temporalmente el suceso.
c) Utilice testimonios de testigos y apele a los procedimientos literarios clásicos.
d) Recuerde el uso de los recursos humorísticos."
Todas las producciones estuvieron muy bien. Elegimos una de cada una de las opciones para compartir con ustedes. Juan Re eligió la primera opción; María Sol Mártire, la segunda y Alejo Loureiro, la tercera. Espero que se diviertan...
ANDREA RINCÓN, REINA DE LA VERGÜENZA Y LA CARADUREZ
BELLA ACTRIZ PROVOCÓ EXCITACIÓN Y HUMILLACIÓN AL MISMO TIEMPO
Por Juan Re
La voluptuosa Andrea Rincón devenida bailarina regaló a las cámaras una inolvidable imagen, sobre todo al público masculino, que la vio casi "como Dios la trajo al mundo". Rápidamente aprovecharon la oportunidad para fotografiarla.
Todos saben que Andrea es poco glamorosa, aunque quiere disimularlo. Llegó en una espectacular limusina pero sus movimientos torpes provocaron que cuando se bajaba del vehículo, enganchara su vestido con los tacos y, como la prenda no tenía breteles, se deslizara dejando sus gigantescos y recién operados atributos superiores, a la vista de todos.
Lo que para cualquier mujer hubiera sido un papelón difícil de superar, para ella fue anecdótico.
Con una carcajada bastante varonil, la joven pronunció una palabrota que asombró a todos los periodistas y a los famosos que aún no habían entrado al canal: "Estoy acostumbrada a andar en bolas por la vida. Una vez más, no me hace nada. Esto me pasa por querer parecerme a las divas de televisión, en lugar de ser yo misma y venir en zapatillas y jeans".
La ceremonia comenzó puntualmente, pero Andrea tardó bastante en reaparecer porque debía arreglar su vestido. Por supuesto, la chica no tiene alma de "costurerita" aunque seguramente debe haber dado muchos "malos pasos" y no tenía los elementos para arreglar la prenda. Tuvo que esperar a que alguien de la producción del programa consiguiera hilo y aguja para coser el vestido.
Lo más insólito de la noche fue que la joven pretendía que la esperaran para comenzar el programa. Entonces fue cuando perdió la paciencia el productor que, según algunos testigos, dijo fuera de sí: "¡Esta piba se cree que es el ombligo del mundo, que alguien la ubique, por favor! ¡Tienen cinco minutos de cámara y se creen que son Mirtha Legrand!"
El programa comenzó sin ella en el horario estipulado. Esto provocó un ataque de histeria en la chica que para llamar nuevamente la atención, volvió levantando los brazos y saludando a todos para acaparar a las cámaras.
En el momento de recibir la distinción con su pareja de baile, la atolondrada "bailarina" quiso repetir su escénica caída ante las cámaras de televisión. Fiel a su estilo, exageró el hecho pero no provocó el mismo efecto, ya que todos sabemos que es muy mala "actriz" y la situación resultó bastante grotesca.
Esto provocó el comentario de otras de las participantes del "Bailando", que en lugar de cinco minutos tiene diez de televisión, que dijo: "Ya no saben qué hacer para salir en una tapa... ¡Por Dios, qué vergüenza!"
Cuando la "bailarina" Andrea se enteró de este comentario, se enojó mucho y fue hasta la mesa de su "compañera" a la que calificó con su característico vocabulario de camionero.
DEL ROMANCE AL JUICIO
Buscando una cena romántica, un hombre de la
localidad de Wilde será llevado a juicio. La versión de Romeo y Julieta
en la cual Romeo se enfrenta al juez
Por María Sol Mártire
Francisco Gutiérrez de
32 años de edad, que vive en la localidad de Wilde, es un simple hombre
buscando el éxito para una relación, pero lo único que consiguió fue ser
llevado a juicio por romper el balcón de su vecina Juliana Martínez.
Francisco se
encontraba ayer a la noche, alrededor de las diez y media, tocando baladas
frente a la ventana de su vecina con el fin de lograr un triunfo amoroso.
Después que pasaron poco más de treinta minutos y la bella damisela no salía a
su balcón, nuestro héroe logró treparse por una de las columnas por la cual
pudo llegar al balcón; pero en ese momento, pudo distinguir que una parte del
suelo estaba diferente del resto, pues la pintura se veía distinta.
Así y todo
continuó tocando el príncipe para su princesa. Sólo había logrado tocar dos
acordes cuando el balcón comenzó a desprenderse de sus costados. Primero se
escuchó un pequeño "clic" y luego el "tac tac" de las
primeras piedras de revoque que comenzaron a desprenderse de la pared. Y así,
poco a poco, se fue cayendo nuestro héroe que, por cierto, no terminaría su
historia besando a su dama antes de medianoche. Su final fue diferente, muy
diferente.
El balcón había estado
en remodelación el día anterior ya que tenía humedad en el piso, por lo cual
hubo que rehacer esa parte. Como estaba a gran altura, y era un trabajo muy
difícil, el precio de la remodelación era muy alto, rondaba alrededor de los
20.000 pesos.
Después de la
larga caída, salió la vecina por la puerta principal, con la cara pálida y con
el teléfono en la mano. Había llamado a la policía. A estas alturas los vecinos
ya habían salido de sus casas a ver la escena que estaba pasando afuera:
"Nunca me hubiera imaginado que una historia de amor pudiera terminar así.
Romeo va a morir al final, pero de vergüenza frente a todos nosotros, y sobre
todo, delante de nuestra vecina.", nos dijo uno de los vecinos de la zona.
El hombre había quedado enterrado entre los escombros y, por supuesto, su guitarra
destruida, de la que se escuchó el ruido desafinado de las cuerdas al partirse,
mientras todos miraban.
Luego de un par de
horas, la vecina ya lo había denunciado por violación a la propiedad privada y
por su mismo destrozo. Ahora deberá indemnizarla por la suma total del valor
del balcón, más lo que dicten en el juicio que le corresponda pagar por sus
acciones.
Las autoridades dicen
que no será un juicio muy largo, tampoco muy complejo. Pero aún así, a nuestro
galán le llevará mucho tiempo poder arreglar lo que hizo. Y también, deberá
buscarse una nueva forma de atraer a las mujeres. Fue un final muy
triste, pues esta historia no terminará "y vivieron felices para
siempre", sino mas bien "Francisco queda declarado culpable" y
un balcón roto.
ASQUEROSO MOMENTO EN LA CONFERENCIA
Ayer, el director de RPDC dejó escapar una flatulencia tras una pregunta crucial
Por Alejo Loureiro
En el día de ayer, aproximadamente a las diez de la mañana, en la sede central de la famosa empresa RPDC (Red de Producción y Distribución de Combustible) el director de la empresa, Joaquín Martínez, dio una conferencia de prensa acerca de las futuras mejoras en la variedad de sus productos y la calidad de los mismos.
La conferencia comenzó bien. El Sr. Martínez empezó dando un discurso bastante breve pero conciso en cuanto a la producción de Diesel y sus nuevas variedades, Diesel Ultra y Diesel Plus. Luego habló de la nueva maquinaria que implementaría en sus yacimientos petrolíferos como máquinas de triple eje que multiplicarán la velocidad de extracción.
Hasta el momento todo iba bien, Martínez lucía seguro y fuerte frente al micrófono, pero todo cambió cuando empezó el momento de las preguntas. El director era conocido por su sabido infortunio a la hora de responder y encontrarse en situaciones que lo pusieran entre la espada y la pared. En una ocasión había expulsado los demonios de su estómago sobre el tablero de una máquina, luego de una pregunta que lo podía comprometer en su casa, ya que se le preguntaba por la famosa actriz Janis Grifindor, quien era el centro de atención en ese momento por haber quedado semidesnuda ante las cámaras en un evento. Joaquín intentó responder con voz temblorosa, pero le fue imposible y vomitó por completo el tablero, arruinando así esa máquina que había costado millones.
Al empezar el cuestionario, Martínez había tomado su vaso de agua y estaba listo. La primera fue sencilla e hizo que se sintiera seguro. Pero la segunda no le trajo la misma suerte. Le preguntaron si eran ciertos los rumores de que sus máquinas tenían una seguridad muy baja y que hacían correr peligro a sus operarios. Martínez entró en pánico. Podía mentir, pero eso le costaba mucho y no sabía cómo parecer creíble. Hubo un momento de silencio. Nadie hablaba. Sólo se esperaba la respuesta. En ese preciso instante se escuchó un sonido. Un sonido por todos conocido que venia desde la silla de plástico en la que estaba sentado Martínez. ¡Era el sonido de una terrible flatulencia proveniente del célebre empresario! Nadie lo podía creer y los asistentes no sabían muy bien qué hacer. Esto cambió cuando se escuchó la voz chirriante de un niño gritando: ¡“Se tiró un pedo!” Todo ser viviente que allí estaba estalló en una carcajada con la fuerza de un tsunami, lo que dejó completamente avergonzado al empresario.
Pudimos hablar con el chico que detonó, con una sola frase, algo que quedará marcado en la historia del Sr. Martínez. “Todo el mundo estaba callado”, nos dijo, “no sé por qué se quedaban todos tan serios… ¡Se había tirado un pedo!” El chico volvió a reír hasta las lágrimas y decidió no decir más.
El mal momento que pasó aquella eminencia en la economía se transformaría en algo que mancharía su historia y lo marcaría por siempre con el nombre con que el pueblo lo apodó más tarde: “El señor de las flatulencias”.
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